La rótula es un hueso corto de forma triangular que se articula con el fémur y cubre y protege la superficie anterior (frontal) articular de la articulación de la rodilla.
La luxación rotuliana puede ser causada por un traumatismo directo en la rodilla o por un giro repentino de la pierna. Una dislocación ocurre cuando la rótula se desplaza fuera de su posición normal en la ranura patelofemoral (tróclea), la muesca en forma de V en la parte frontal del fémur.
Los síntomas de una luxación rotuliana
Si sufre una dislocación de la rótula puede experimentar algunos de los siguientes síntomas:
Examen y Diagnóstico
Un examen físico cuidadoso de la lesión incluirá una Radiografía y una Resonancia Magnética y permitirá a su traumatólogo diagnosticar el alcance de las lesiones. En los casos de luxación completa, se rompe uno de los ligamentos que sostienen la rótula en su lugar o sufre un estiramiento severo. La consecuencia es que la superficie de apoyo de cartílago articular entre la rótula y el fémur se ve afectada y también puede quedar dañado. La Radiografía y la Resonancia Magnética se utilizan para ver cómo la rótula encaja en su ranura y para evaluar otras posibles razones que puedan causar el dolor de rodilla como el daño del cartílago o ligamentos desgarrados.
Tratamiento
1. Reducción
Si la rótula se ha desplazado por completo fuera de su ranura, el primer paso será hacerlo regresar a su posición normal. Este proceso se llama reducción y, a veces se puede producir espontáneamente sin la intervención del especialista. En los casos en los que esto no se produce será su traumatólogo el encargado de empujar la rótula y poner la en su lugar.
2. Tratamiento quirúrgico
Para la luxación rotuliana resultado de un ligamento dañado lo más a habitual es reconstruir el ligamento (ligamento patelofemoral) utilizando quirúrgicamente un tendón donante. Si hay daños en el cartílago articular solemos tratar la lesión con artroscopia. Si no se abordan estas lesiones a tiempo pueden desembocar en una rótula crónicamente inestable y en una rodilla potencialmente artrítica.
2. Rehabilitación
La rehabilitación tras la reconstrucción del ligamento patelofemoral se centra en conseguir recuperar el estado de forma del paciente lo más rápidamente posible con un énfasis primordial en el seguimiento adecuado de la rótula. Durante el primer mes, todos los esfuerzos se centran en la cicatrización del ligamento reparado, manteniendo el rango de movimiento dentro de lo permitido por el cirujano del paciente de forma individual. A medida que los pacientes progresan a través del programa, se introducen actividades específicas de estabilización en las extremidades. En los últimos meses del programa la rehabilitación se centra en transiciones hacia deportes específicos.
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El traumatólogo de Bilbao, Dr. José Antonio Guerrero Molina es Jefe Unidad de Rodilla del Hospital de Cruces y especialista en patologías de Rodilla y Lesiones deportivas. Profesor de Traumatología en la Facultad de Medicina de la UPV.